jueves, 5 de diciembre de 2013

Los germinados en la alimentación de los caballos

Los granos de cereales y leguminosas son alimentos "concentrados" y, debido a su bajo contenido en agua y su riqueza en hidratos de carbono complejos -como el almidón- y proteínas, no deben consumirse crudos por nuestros animales.
Para que al organismo del caballo le resulte más fácil su asimilación se trituran o muelen, pero su valor nutricional se pierde a medida que va pasando el tiempo desde la molienda, hasta su consumo el animal.
Con el proceso de germinación, se realiza una especie de “predigestión” que el organismo no podría realizar por sí sólo.
Los germinados, por su composición, estimulan los procesos digestivos, regeneran la flora intestinal y son ricos en gran cantidad de vitaminas -en especial A, B, C, E y K-, minerales, enzimas y clorofila (beta carotenos). El germinado de trigo, por ejemplo, contiene hasta seis veces más vitamina B que la semilla, y en la soja la vitamina C no aparece hasta que no se ha producido la germinación.

También resultan muy atractivos si se mira su contenido en azúcares simples, que aportan energía y se asimilan fácilmente. El contenido en aminoácidos también se incrementa entre un 10% y un 30%, y lo mismo sucede con el hierro asimilable. Esta composición, hace que resulten idóneos para estimular los procesos digestivos. Su consumo se recomienda para caballos, por ser un animal con muchos problemas digestivos causados principalmente por su alimentación rica en concentrados, y muy especialmente en equinos con  casos de anemia o con tendencia a cólicos.